Ver a un
gallo cacareando augura felicidad en el matrimonio. Si los
gallos se pelean, dejará su hogar por discusiones familiares. El
gallo onírico simboliza el amo de casa, lo mismo que la gallina es la dueña de casa. Recibir un pollo en el sueño es el nacimiento de un hijo varón. Asimismo se interpreta por: un guerrero, por un hijo de esclavos, una persona de mal carácter, parlanchina que ora habla bien, ora desvaría.
Degollar un
gallo en el sueño es síntoma de no prestar oídos al llamado de la campana para ir al templo. Ver a un
gallo en el sueño es signo de sabiduría de una persona que gusta de la compañía de los intelectuales. Convertirse en
gallo en el sueño es signo de una muerte rápida; sentirse picoteado por un
gallo es señal de que será asesinado por un hombre extraño.
Para el místico múslim el
gallo es el símbolo del muédano, o un monje de la orden de los “Monjes Blancos”. Se traduce también por un maestro, por un orador, lector, músico cantor, un hombre que obra contrariamente con lo que dice, por cuanto recuerda la hora matutina de la oración, mas él no ora. Es el
gallo onírico a la vez una persona sensual, un pregonero, un vigilante.
Otros lo tomaron por un hombre probo, generoso, de poca suerte, de vida accidentada. Los pollos son los hijos de los esclavos y del personal de servicio. Comprar un
gallo en el sueño dice un oniromanta árabe es el anuncio del nacimiento de un hijo, o comprar una casa, o vivir holgadamente, o el retorno de un ausente, o el arribo de noticias suyas. La agresión de un
gallo en el sueño es un daño que el que sueña recibirá de una persona extraña.
En el
gallo existen dos simbolismos contrapuestos: por una parte el de vigilancia y resurrección, pues es él quien vigila y anuncia la salida del sol, que renace cada día de entre las sombras de la noche. Y por el otro, del coraje, la violencia y el deseo desmesurado. Por ello, soñar con un
gallo anuncia buenas noticias; oírle cantar presagia la realización de nuestros deseos. Pero si nos ataca o lo vemos pelear presagia disputas domésticas debidas a infidelidad o celos.
Presagio feliz.
Ver a un
gallo, oírlo cantar: anuncio de momentos de dicha. Éxito en sus empresas. Materialización de sus proyectos. Satisfacción en su profesión, suerte.
Ver a un
gallo poner, querer atraparlo o asistir a una riña de
gallos; temor de disputas familiares, acontecimientos enojosos.